La propuesta corresponde a un conjunto escultórico de 15 módulos de
Hormigón vibrado, de 0,45mt. de alto cada uno por 0,75mt. de ancho y 2,20 mt.
de largo y que se instala en las zona
del bandejon central de la explanada.
De acuerdo a lo indicado por el autor “La
responsabilidad del Arte es crear reflexiones sobre Memoria que den cuenta de la historia y desde esta, exista una
conciencia para proyectar un futuro. En este cuerpo de obra, el cuerpo toma el
protagonismo en el dolor, en los hechos, en la historia y en la construcción de
Memoria. Aquí el ser humano, el cuerpo, la presencia y la huella de una
realidad. Existen bajos relieves, la huella de quienes ya no están y quienes
están y fueron sometidos y fueron presos políticos. Estos seres se presentan
sobre relieves, en bloques de hormigón insertos en la urbanidad, cohabita esta
realidad en simultaneidad, cada uno de estos bloques se compone de varios
cuerpos que son individuos y al estar juntos también son cuerpo social. La obra
se inserta en la urbanidad se entrega al espacio público para sanar, educar y
proyectar en el ejercicio de reparación de la Memoria fracturada, por medio del
reconocimiento justo a quienes fueron víctimas de la dictadura por sus
pensamientos e ideologías”.